Las extensas residencias de la familia real británica, valoradas en cientos de millones de euros, están atravesando un importante problema. Así lo ha descrito un famoso portal español, que asegura que algunos expertos ven con preocupación el hecho de que cada vez hay menos miembros en los Windsor. Y no, no se trata únicamente de su enemistad con los duques de Sussex.
El rey Carlos III junto a los miembros de alto rango de la popular familia real británica, se reparten las estancias y edificaciones adyacentes en los palacios para usarlos como residencias privadas. Se asignan las residencias y apartamentos según la jerarquía establecida, como si fuese el juego de la silla vacía que hay que ocupar.
Sin embargo, la actualidad de la realeza es muy diferente, ya que los miembros se han reducido y con ello, ahora hay exceso de propiedades que podrían generarle feroces críticas al Jefe de Estado. Tanto así, que se especula que el monarca ya estaría tomando acciones ante esta crisis, y una de ellas podría ser el de optar por alquilar algunos de los apartamentos que se encuentran en algunos palacios tales como el Kensington y el Royal Lodge.
Estas viviendas, a reformar en el Palacio de Kensington, tienen entre tres y cuatro plantas y son demasiado grandes para las generaciones más jóvenes de la familia real que no trabajan al servicio de la corona, como Zara y Mike Tindall (hijos de la princesa Ana), las princesas Beatriz y Eugenia de York (hijas del príncipe Andrés) o lady Louise y James de Wessex (hijos del príncipe Eduardo).
La familia real británica ha sufrido en los últimos años un importante revés con algunos de sus miembros, destacando la marcha a Estados Unidos del príncipe Harry (quién desocupó Nottingham Cottage tras su boda con Meghan Markle y luego abandonó la recién renovada Frogmore Cottage), la pérdida de deberes reales del príncipe Andrés por su escándalo de pedofilia (quien ya abandonó su apartamento en Buckingham pero se niega a marcharse del Royal Lodge) y la clara tendencia que se ha visto en reducir a sus miembros tras la muerte de la reina Isabel II.
Con esto, se hace evidente que a los Windsor les sobra cada vez más espacio en los palacios, lo que según el portal español ‘La Vanguardia’ denota una crisis sin precedentes para la familia real mas popular de toda Europa.
Por ello, se especula que estos apartamentos podrían ser alquilados a personalidades ajenas a la familia real, como ya sucedió con las estancias arrendadas por Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones en el también londinense palacio de St. James o con el empresario anglocanadiense Galen Weston, que vivió en la antigua casa de Eduardo VIII, Fort Belvedere, durante casi 40 años, hasta su muerte en el 2021.