Un nuevo artículo asegura que la fallecida reina Isabel II del Reino Unido tuvo una gran molestia con uno de sus nietos, el polémico príncipe Harry que ahora se encuentra en el exilio junto a su esposa Meghan Markle, luego de presuntamente haber vivido algunas injusticias mientras eran parte de la familia real británica.
Los entredichos internos dentro de la realeza británica, siempre han sido un punto de mira y de interés para los medios del Reino Unido. Entre diversas alegaciones, hay una nueva que describe la presunta molestia que tuvo la reina Isabel II al enterarse que los duques de Sussex le colocaron a su hija «Lilibet«, un apodo que tenía ella cuando era una niña y adolescente.
El que fue su biógrafo en vida, Robert Hardman, ha sido ahora el encargado de revelar esta molestia de la fallecida monarca. Contando en exclusiva para el ‘Daily Mail’, el periodista alega que a la Jefa de Estado no se le había consultado anteriormente para saber sí estaba de acuerdo o no con que le colocaran su apodo como nombre a su bisnieta.
«Isabel II reaccionó de forma airada y se molestó bastante por todo lo que conllevó este asunto, según él autor, porque en definitiva, «no había sido consultada».
Esto contrasta con algunas declaraciones que allegados al duque de Sussex han hecho anteriormente, en donde afirman que el matrimonio le consultó primero a Isabel II antes de tomar la decisión definitiva de llamar a su hija de esa manera.
De todas maneras , y pese al posible descontento de la reina Isabel II, la pequeña de dos años y medio se llama Lilibet Diana y actualmente se encuentra viviendo junto al príncipe Harry y Meghan Markle en su mansión de Montecito, Estados Unidos.