La Familia Real Británica, conformada en cabeza del rey Carlos III y la reina Camilla Parker, desde hace mucho tiempo siguen estrictas reglas debido a la alta influencia que tienen con respecto al pueblo británico. Dichas reglas inclusive fueron las que motivaron al príncipe Harry a dejar de lado sus deberes reales para poder vivir una vida mucho más tranquila, tal y como lo llamó él, en Estados Unidos junto a su esposa Meghan Markle y sus dos pequeños hijos.
Entre estas reglas que deben cumplirse de manera estricta, hay una en especial que para esta fecha es difícil de entender. La familia tiene que seguir una orden que desde hace muchos años le impide a los miembros pertenecientes celebrar Halloween de manera pública. Aunque es difícil de entender, ya que para esta fecha son muchos los países que disfrutan de sacar su máxima creatividad y ponerse los disfraces más ingeniosos, la realeza simplemente no puede. Esta regla fue impuesta por la reina Victoria, que gobernó desde el año 1837 a 1901, aclarando que los miembros de la realeza debían seguir un código muy estricto para evitar conductas innecesarias en la fecha del 31 de octubre al 1 de noviembre. El código le exige a la Familia Real Británica seguir una sofisticación y buena influencia con respecto al pueblo británico, lo que incluye que no pueden disfrazarse de manera pública.
Aunque por el momento se conoce que el príncipe William y su esposa Kate Middleton tratan de que sus hijos disfruten al máximo de estas fechas, e incluso los disfrazan y hacen una fiesta privada, para ellos nunca será posible salir como cualquier otro niño a pedir dulces en distintas casas.
Caso contrario puede ocurrir ahora con el príncipe Harry, Meghan Markle y sus dos hijos, el príncipe Archie y la princesa Lilibet, que al estar separados de las reglas británicas y viviendo en Estados Unidos pueden perfectamente celebrar esta fecha con mucha más tranquilidad.