El príncipe Harry, al igual que varios hombres de la familia real británica, tiene un problema genético que ha afectado su cabellera desde hace algunos años. Incluso, esta afección se ha hecho más notoria año tras año, por lo que su destino ya está marcado al igual que el de su hermano mayor, el príncipe William, y de su padre, el rey Carlos III.
El cabello de los hombres de la familia real británica tienen una vida útil limitada y comienza a disminuir drásticamente a partir de los 40 años, a pesar de la genética variada de mujeres como las fallecidas reina Isabel II o la princesa Diana.
El duque de Sussex es la última víctima real del fenómeno genético de la calvicie, que parece provenir del lazo de sangre de su abuelo, ya que su cabello lucía muy raro en la ceremonia anual de los Premios WellChild 2024 en Londres, Reino Unido.
La alopecia ya ha avanzado tanto que el medio ‘RadarOnline’ informó que la parte posterior de su cuero cabelludo ya es visible a medida que su cabello pelirrojo se desvanece, lo que significa que el esposo de Meghan Markle podría necesitar algunos gorros de lana este próximo otoño e invierno.
El citado medio entrevistó al experto en trasplantes capilares, Jacques Abrahamian, quien ha explicado cual es la situación concreta de Harry con su cabello:
“En el caso del príncipe Harry, su padre, el rey Carlos, también sufre de calvicie de patrón masculino, cuyos genes ha transmitido a sus hijos, incluido Harry“, afirmó.
Y es que el padecimiento de calvicie del príncipe Harry ya había sido vaticinado muchos años atrás. Incluso, su hermano el príncipe William, prácticamente ha perdido todos los mechones dorados por los que era conocido cuando tenía poco más de 20 años.