El rey Carlos III se sintió «destrozado» al enterarse de la muerte de la princesa Diana, dice autor real

El actual rey Carlos III del Reino Unido tuvo una historia muy trascendental con la fallecida princesa Diana, quien en vida fue la madre de sus dos hijos y su primera esposa. Y aunque terminaron divorciándose, se dice que el monarca se sintió profundamente «destrozado» cuando se enteró de su muerte, la cual el día de hoy ya se cumplen 27 años de este trágico suceso.

Cuando le dijeron por primera vez por teléfono que Diana había muerto, Carlos, según un autor real, «se consternó y se sintió muy destrozado«, dijo a Fox News Digital Christopher Andersen, autor de «The Day Diana Died’.

El 31 de agosto de 1997, la legendaria princesa de Gales de 36 años estaba siendo perseguida por paparazzis en París, Francia, cuando de repente el automóvil en el que iba perdió el control y se volcó. Su pareja, Dodi Fayed, y su chófer, Henri Paul, también fallecieron en el accidente.

Más tarde, después de que se apresurara a ir del castillo de Balmoral en Escocia a París para traerla de vuelta al Reino Unido, «Carlos casi se desmayó cuando vio su cuerpo por primera vez«, compartió Andersen.

«Una enfermera que estaba de pie en la habitación me dijo que se tambaleó hacia atrás y parecía como si hubiera sido ‘golpeado por una fuerza invisible’. Considerando lo épicas que habían sido sus batallas matrimoniales, la gente se sorprendió por la reacción de Carlos. Estaba devastado por la muerte de Diana, tal vez hasta un grado que lo sorprendió incluso a él», aseguró el autor.

Las declaraciones de Andersen se produjeron poco después de que una carta escrita por el ex príncipe Carlos a su amiga fuera vendida en una subasta por 2.000 dólares. En ella, Carlos detallaba el «vacío insoportable» que sintió cuatro meses después de la muerte de Diana, según informó el Daily Mail del Reino Unido en ese entonces.

«Carlos estaba realmente destrozado«, aseguró Andersen, quien también señaló que en los últimos meses de vida de la princesa Diana, los ex finalmente dejaron de lado sus diferencias por el bien de sus hijos, el príncipe William y el príncipe Harry.