Desde hace algún tiempo el rey Carlos III está esperando que su hermano, el príncipe Andrés, desaloje la propiedad real conocida como Royal Lodge, pues espera que allí vivan el príncipe William y la princesa Kate Middleton. Sin embargo, Andrés se ha aferrado a un acuerdo de arrendamiento por 70 años aproximadamente, lo que indica que sus planes no son dejar la propiedad pronto.
Pero ante la negativa de él de salir de la mansión y buscar otra vivienda, el rey Carlos se ha visto obligado a tomar una drástica medida para intentar con ello que su hermano finalmente se vaya del lugar, y entienda que ya no tiene todo su apoyo.
Con la pérdida de este privilegio que tenía el hijo de la reina Isabel II, ahora el mismo príncipe Andrés tendrá que encargarse de la seguridad privada y otros asuntos que tienen que ver con el cuidado de la mansión.