Aunque el público vea a la familia real británica como personas intachables o que viven una vida plena y feliz llena de lujos, lo cierto es que deben seguir una gran cantidad de reglas que aveces podrían considerarse como estresantes. Y a la hora de comer, la situación no cambia, ya que están sometidos a una serie de normativas que deben cumplir al pie de la letra y cuyos cocineros deben acatar.
La exchef del palacio de Buckingham, Darren McGrady, ha revelado nuevos detalles del protocolo establecido por la familia real británica a la hora de comer. Bien sea en el desayuno, almuerzo, merienda o cena, cada uno de los miembros e invitados debe acatar las órdenes sin ningún tipo de queja y sobre todo, los cocineros deben hacer cumplirlas.
Durante los compromisos oficiales en los que se reciben en palacio a mandatarios y personalidades para llevar a cabo comidas o cenas oficiales, era una incógnita la no presencia de niños tales como los hijos de los príncipes de Gales: George, Charlotte y Louis. La chef McGrady ha querido resolver las dudas acerca de esa pauta y ha contado que la presencia de los menores no está permitida en esos actos, pues hasta que no dominen el arte de la conversación cortés no podrán compartir mesa con el resto de invitados.
Otra normativa para el personal de la cocina, es que los invitados tampoco probarán nunca dos alimentos vetados en los platos. Los cocineros tienen estrictas órdenes de no utilizar en ninguna preparación la cebolla y el ajo con el fin de evitarles reflujos intestinales y malos alientos, importantes a tener en cuenta en las recepciones, donde todos los invitados charlan sin parar entre sí.
El personal de cocina no solo tiene que seguir los protocolos establecidos, también ha de tener en cuenta las manías y gustos personales de cada monarca. Por ejemplo, el rey Carlos III prefiere comer verduras y frutas orgánicas y de proximidad porque es animalista y está muy concienciado con el planeta.
En defensa de los animales, también se ha vetado en palacio el consumo de foie gras, para no participar en la forma salvaje en la que se produce a nivel mundial.
Los miembros de la corona tampoco deben asistir tarde a las horas de la comida, ya que eso es muy mal visto dentro del palacio de Buckingham. Además, no es permitido que se les vea comiendo en horas que no sean las establecidas.
Con esto, queda en evidencia los estrictos protocolos que existen dentro de la familia real británica a la hora de comer. Para algunos, quizás exagerados, mientras que para otros son necesarios para mantener “el orden” dentro de la monarquía a la hora de comer.