Desde hace algunas horas se está diciendo que el rey Carlos III no está muy contento con el acento americano de sus nietos, el príncipe Archie y la princesa Lilibet. Dado el hecho de que sus padres, el príncipe Harry y Meghan Markle, decidieron romper sus lazos con la familia real y se mudaron a Estados Unidos, no sorprende que los pequeños hayan adoptado el acento local.
A pesar de la distancia, el rey Carlos III todavía considera a los hijos de los Sussex como miembros de la familia real británica, por lo que el monarca espera que Archie y Lilibet hablaran con acento británico, idealmente el inglés de la reina. Sin embargo, las posibilidades de que los pequeños usen esta jerga son tan escasas considerando su actual hogar y la crianza de su madre.
Tal parece que la influencia de la duquesa de Sussex es inevitable, ya que su decisión de mudarse a Montecito fue en parte para distanciar a su familia de la vida real inglesa. Esto se hizo para minimizar el impacto de la monarquía en sus hijos, lo que corrobora su deseo de que sus hijos sean estadounidenses y no reales.
Mientras el rey Carlos III espera que sus dos nietos abracen la herencia real, el príncipe Harry parece haber quedado atrapado en medio de este conflicto, por el hecho de que respeta el deseo de su esposa, pero también desea que sus hijos puedan conectarse con la familia real. No obstante, sus esfuerzos podrían ser en vano, ya que Meghan Markle protege a los niños de todo.