El rey Carlos III y la reina Camilla Parker fueron unas de las principales figuras en el Día de la Jarretera en este año, que a pesar de la gran cantidad de compromisos, tratamientos contra el cáncer y demás preocupaciones que envolvieron a la realeza, dejaron ver una actitud llena de positivismo y energía.
Un par de días después del esperado Trooping the Colour, se llevó a cabo la ceremonia del Día de la Jarretera en el Castillo de Windsor, donde la Orden de la Jarretera descendió de la colina del Castillo de Berkshire hasta la capilla de San Jorge, luciendo unos llamativos y ceremoniales sombreros de plumas blancas con túnicas aterciopeladas de color azul oscuro.
Por supuesto, este evento dejó unas cuantas fotografías para la posteridad de la corona británica, que, como cada año, siguen alimentando las tradiciones y protocolos reales desde hace muchas décadas. Además, también se evidenció un gran acontecimiento para la realeza, por primera vez una royal no consanguínea de la línea heredera al trono fue reconocida como la Dama Real de la Jarretera, siendo no otra que Brígida de Gloucester.