El príncipe William ha sido uno de los invitados especiales en la boda del duque de Westminster el día de hoy. Sin embargo, su llegada ha captado la atención de los medios, al notarse un aspecto serio, triste y desanimado, pese a ser uno de los acomodadores oficiales del evento.
La boda de Hugh Grosvenor y Olivia Henson se ha convertido en el evento del fin de semana en Reino Unido. Sin embargo, y como era de esperarse, las miradas se han fijado en el príncipe de Gales, cuya llegada a la ceremonia ha captado la atención de todo el público.
William llegaba a la iglesia, serio, cabizbajo, triste y desanimado. Era uno de los primeros en llegar, ya que su función de acomodador se lo exigía. El futuro monarca no ha querido mirar hacia todos los ciudadanos curiosos que se han acercado para ver la llegada de todos los invitados a esta boda.
Parece que el hijo del rey Carlos III no tiene muchos ánimos para reencontrarse con todos ellos, ya que ha preferido no dejarse ver públicamente más tiempo del necesario.
Su rol de acomodador, lo obliga a acompañar a todos los invitados a sus respectivos asientos. Este es el motivo por el que ha acudido horas antes del inicio de la ceremonia, pero no se sabe con certeza si mostró la misma actitud triste dentro de la iglesia.
A su llegada a la catedral, que tuvo lugar sobre las 10:30h (hora local del Reino Unido), el príncipe William se ha decantado por entrar rápidamente al interior, lo que ha provocado numerosas reacciones por parte del público. Algunos se han puesto a pensar si su actitud se debe a la difícil situación de su esposa Kate Middleton, quien no ha asistido a la ceremonia por estar luchando contra el cáncer.