En un 19 de mayo, pero del año 2018, muchos espectadores fueron testigos de la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, aun cuando permanecían a la monarquía británica. No obstante, lo que muchas personas quizás no conocían es que los duques de Sussex tuvieron una segunda boda, de la cual muy pocos detalles se habían conocido.
La ceremonia, que ha sido llamada como ‘mágica’, ocurrió en la antigua casa de los dos, Nottingham Cottage, en los terrenos del Palacio de Kensington, y fue recordada por el príncipe Harry en su libro de memorias ‘Spare’. Allí expresó que la ceremonia fue presenciada únicamente por sus perros mientras él estuvo en el altar:
El arzobispo llegó a la parte oficial de la boda, pronunció las pocas palabras que nos convirtieron en duque y duquesa de Sussex, títulos que nos otorgó la reina Isabel II, y estuvo con nosotros diciendo ‘hasta que la muerte los separe’, aunque ya había hecho algo similar días antes en nuestro jardín. Días antes celebramos una pequeña ceremonia, solo nosotros dos, Guy y Pula los únicos testigos. No fue oficial, no fue vinculante, excepto en nuestras almas.
Meghan también lo manifestó una vez diciendo:
Sabes, tres días antes de nuestra boda, nos casamos. Nadie lo sabe. Los votos que hemos formulado en nuestra habitación son solo de nosotros dos, en nuestro patio trasero con el Arzobispo de Canterbury.
Aunque no hay muchos detalles y fotos sobre esta boda no oficial, la duquesa afirmó que aunque su boda con invitados fue un espectáculo, los dos querían que su ‘unión‘ permaneciera entre ellos únicamente, antes de hacerlo frente de su familia y amigos.