El príncipe Harry y su actual esposa Meghan Markle vivieron una de las bodas más sonadas en el año 2018, cuando se casaron en la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor. A la ceremonia les acompañó de su familia más cercana y de celebridades importantes a nivel mundial.
Como era de esperarse, los fanáticos no podían asistir, pero ellos quisieron hacerse notar dándole entrega de millonarios regalos a los duques de Sussex, que luego tuvieron que devolver por una razón de fuerza mayor.
Lo cierto es que ellos no pudieron recibirlos, ya que el protocolo real indicaba que estos regalos debían ser devueltos y no podían conservarlos por razones de seguridad. Y es que hay que recordar que para ese entonces pertenecían a la monarquía británica, y era estrictamente prohibido que los miembros reales recibieran obsequios del público.