Para nadie es un secreto que la Reina Isabel II guardaba algunos secretos profundos e información privada en sus diarios y cartas personales, y la corona británica espera que ninguna de ellas sea filtrada al público, puesto que esto podría causar un total caos.
A lo largo del longevo reinado como monarca de Inglaterra, la reina se aseguró de llevar un manuscrito sobre todo lo que pasaba en su vida personal y en su cargo como reina, confesiones que podrían hacerse públicas en los próximos años.
Según lo que afirmó ‘The Daily Express‘, la tediosa tarea de revisar los escritos de la reina ha sido asignada a un antiguo empleado de la corona, Paul Whybrew quien es el encargado de leer y decidir cuáles de los correos y escritos podrían pasar a ser parte de los archivos históricos nacionales (públicos), y cuáles de las cartas privadas de la reina Isabel II no pueden revelarse por ningún motivo, o podrían convertir en un caos total a la familia real británica
Paul, o mejor conocido dentro de la realeza como “Tall Paul“, debido a que este mide 1,90 metros, trabajó para la reina durante más de 40 años, podría considerarse como el actual guardián de los grandes secretos de la madre del rey Carlos III, también fue una de las escasas personas que acompañaron a la monarca en sus últimos días antes de su muerte.
Aunque es el encargado de leer y señalar que se debe y que no hacer público, la última palabra quedara a discreción del rey Carlos III, quien deberá dar el permiso final para revelar, o no, la información que destaque Paul.
Esto se debe a que varios escritos y cartas privadas de la difunta reina son demasiado personales para hacerlas públicas, lo que convierte esta práctica de revelar las cartas de los monarcas en algo realmente delicado, y si no se tiene especial cuidado podría causar un caos total dentro de la familia real.