El famoso certamen femenino de belleza Miss Universo, está pasando por una profunda crisis de reconocimiento por parte del ojo público, que ha estado condenando las más recientes decisiones que ha tomado la nueva directiva, liderada por la magnate y empresaria transgénero Anne Jakrajutatip. Todos estos problemas, han hecho que el concurso este envuelto en un profundo desaire de aprobación internacional, que ve como los tiempos de gloria para la empresa se han terminado.
El reconocimiento mundial que tiene el certamen Miss Universo, le ha permitido convertirse en el concurso de belleza más importante a nivel mundial. Desde el año 1952 se ha venido realizando, y cada año han llegado a reunir a más de 600 millones de personas que alrededor del mundo se sientan a ver cada una de sus ediciones anuales.
Sin embargo, y tras la más reciente edición y el cambio de directiva de la empresa, el certamen no ha dejado de ser criticado por sus más recientes acciones, las cuales estarían acabando con su popularidad de acuerdo a diversos expertos en certamenes de belleza.
Anne Jakrajutatip, la nueva dueña del concurso, ha tomado una serie de decisiones que no han sido bien recibidas por las directivas regionales. Una de ellas, fue la renovación de contratos de la franquicia de cada país, lo cuál hizo que númerosas organizaciones regionales perdieran su licencia al mejor postor.
Otro punto criticado, fue la victoria de R’Bonney Gabriel, Miss USA, en la edición más reciente del certamen. Expertos, missologos y gran parte del público, consideraron que Amanda Dudamel, Miss Venezuela y primera finalista del certamen, debió ser la verdadera ganadora de la edición.
Sumando a esto, se habla de la gran perdida de patrocinantes que el concurso ha tenido en los últimos meses, auspiciados mayormente después de la victoria de la modelo estadounidense de 28 años de edad, quién además tuvo una gira por varios países de Asia que no le rindieron muchos frutos.
Todos estos inconvenientes, han hecho que gran parte del público haya perdido interés en el concurso, la punto de que númerosos medios y demás expertos afirman que de seguir así, el Miss Universo se estaría auto condenando a un eventual fracaso sin precedentes.