Últimamente, la casa real británica se ha visto envuelta en numerosos casos de polémica, la familia real no está pasando sus mejores momentos, el príncipe Harry se ha distanciado del palacio de Buckingham para dedicarse a la formación de su nueva familia junto a su esposa y su hija, Lilibet Diana Mountbatten-Windsor.
El pasado viernes, el príncipe Harry, junto a su esposa Meghan Markle, decidieron dar inicio a la ceremonia de bautizo de su hija, la cual se realizó en Montecito, California, en los Estados Unidos. El bautizo fue hecho en una iglesia Episcopal, que pertenece a la comunión Anglicana.
Esto sorprendió a muchos de los seguidores de la monarquía más famosa en Europa, ya que esperaban que un evento como este se diera en su tierra natal, el Reino Unido, al tratarse de la hija del príncipe Harry, puesto que por sangre y sucesión, Lilibet Diana Mountbatten-Windsor hace parte de la nobleza británica.
Harry ha sido duramente criticado en el palacio de Buckingham, porque esto fue hecho sin previo aviso a la casa real británica, donde no le fue notificado al rey Carlos III, quien después de todas las polémicas sigue siendo su padre y líder de la monarquía Inglesa.
